El caso de Paulette Gebara Farah
Paulette Gebara Farah nació el 20 de julio de 2005 en
Huixquilucan, Estado de México, siendo la hija menor del matrimonio entre Lizette
Farah y Mauricio Gebara. Su hermana mayor, de nombre Lisette Gebara Farah
también conocida como Chez, tenía siete años de edad cuando Paulette
desapareciera en 2010.
Fue un suceso mediático sobre la desaparición y
fallecimiento sospechoso de una niña mexicana de cuatro años de edad. Paulette
presuntamente se extravió de su recámara la madrugada del 22 de marzo de 2010. Su
familia comenzó una campaña de búsqueda a través de televisión, anuncios y
redes sociales. El cadáver de lainfante apareció en su propia habitación la
madrugada del 31 de marzo, siendo hallada en estado de descomposición, y
envuelta en las sábanas de su cama entre el colchón y los pies de la misma.
En ese lugar; su madre dio entrevistas, expertos de diversas agencias habían
entrado, algunos incluso con perros entrenados para localizar el paradero de la
niña, e inclusive una amiga de la mamá de Paulette durmió en su cama sin
percatarse de los restos. Su muerte fue declarada como «accidente» y se
concluyó que había fallecido durante la noche después de que se volteara sobre
la cama y terminara a los pies de esta, muriendo por asfixia descrita como
«asfixia mecánica por obstrucción de las cavidades nasales y compresión
tórax-abdominal». Fue sepultada en el Panteón Francés de San Joaquín ubicado
en Ciudad de México, en 2010, antes de que sus restos fueran exhumados y
cremados el 3 de mayo de 2017. En la madrugada del 31 de
marzo, el cuerpo de Paulette fue encontrado en su propia habitación, donde
anteriormente los expertos habían entrado con perros entrenados, y donde
además, su madre había dado entrevistas. Adicionalmente, una mujer de nombre
Amanda de la Rosa, quien era amiga de Lizette Farah, durmió durante 4 noches en
esa cama y por esta razón fue considerada como sospechosa para posteriormente
ser detenida. De esa detención, además de la también búsqueda para poder
proceder con otro arresto en contra de un instructor de gimnasio que Lizette
conocía y con quien realizó un viaje a Los Cabos dos días antes de la
desaparición de la niña, no resultó ningún cargo judicial. La razón fue
porque se concluyó que la infante había muerto debido a un accidente, con la
causa de muerte siendo descrita como «asfixia mecánica debido a la obstrucción
de las cavidades nasales y compresión tórax-abdominal», esto fue informado de
manera oficial por el entonces procurador, Alberto Bazbaz. La autopsia que se
le realizó reveló lo siguiente; tenía una tela ortopédica sobre la boca que se
le colocaba cada noche para evitar que la tuviera abierta mientras dormía, sus
restos no fueron manipulados después de fallecer, ingirió alimentos al menos
cinco horas antes de su muerte, el cadáver presentaba dos segmentos de tela
adhesiva rectangulares en posición vertical sobre ambas mejillas, además de
señas de un golpe en el codo y rodilla izquierdos, no contaba con signos de
violencia física o sexual, y tampoco se encontraron rastros de drogas o
sustancias tóxicas en su sistema que pudieran haber afectado su conciencia. La
misma necropsia estableció que su fallecimiento se registró entre cinco y nueve
días antes de que fuera realizado el análisis, del cual se informó el 31 de
marzo, aunque no lograron revelar la fecha y hora exactas de su deceso.
La conclusión fue que Paulette, «por sus propios medios», se movió en la cama y accidentalmente cayó de cabeza en un espacio al pie de esta, donde murió asfixiada y permaneció durante nueve días sin ser notada por las muchas personas que estuvieron en el cuarto.
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